Imagina esta escena. Estás viendo Juego de Tronos. Noche cerrada. Los caminantes blancos avanzan con su marcha gélida, y de pronto aparece él: el Rey de la Noche, el jefe de los no-muertos con cara de “me congelé hace 8.000 años y aún no lo supero”. En ese momento de máxima tensión, haces pausa para respirar… y por arte de magia, te cruzas con un artículo científico sobre un fenómeno real llamado brinicle, también conocido como el dedo helado de la muerte.

Coincidencia cósmica. O aviso de que el Wi-Fi ya está leyendo tu mente.

El brinicle es, básicamente, una estalactita submarina de hielo mortal. Se forma cuando una corriente de agua salada y muy fría cae desde el hielo marino hacia el fondo oceánico. A medida que desciende, congela todo a su paso: el agua, las esponjas, las estrellas de mar… todo queda atrapado en su abrazo congelante como si de un hechizo de los Otros se tratara.

Una estalactita en el fondo del mar, parece un tornado que congela el suelo a su paso

Fuente: Fundacion Aquae

, se abrirá en una nueva pestaña

Y aunque parezca algo sacado del CGI de HBO, este fenómeno es 100% real. No necesita dragones, ni tronos, ni cuervos de tres ojos. Solo necesita agua salada y unas condiciones de frío extremo que hacen que el invierno en Invernalia parezca una primavera en Sevilla.

Así que la próxima vez que estés maratoneando Juego de Tronos y el Rey de la Noche alce los brazos, recuerda: en la Tierra, también hay dedos de la muerte. Pero en lugar de zombis, congelan erizos de mar.

Y lo peor es que no puedes ni matarlos con vidriagón.